sábado, 1 de junio de 2013

La élite de estiércol- Prólogo

Me siento como un arma de destrucción masiva; Jonhny me dijo que era la zorra más mal parida que había conocido, pero que iba a morir igual que el resto, y por muy zorra que fuera no me iba a salvar de aquellas garras del demonio.
-¡Dush!¿¡Quieres cerrar la puta ventana!?-le grita Mile.
-Deja que me termine el cigarro, ¿no?
Saners se levanta en silencio y con rapidez, su melena negra azabache for...ma uno con la espesa negrura de la noche, y cierra la ventana con la rapidez de la luz pero con el silencio de los sueños. Sus ojos azules y su sonrisa vacía miran a Mile.
-A ti te preocupa una ventana, a mi tus gritos, si vuelves a gritar te arrancare las cuerdas vocales mientras duermes. ¿Me has entendido?-dice con susurros que penetran tan fuertes como un clavo al ser golpeado por un martillo-Esas son las estupideces por las que Jakelin, Jessy y Fray han muerto, si quieres te revano el cuello, una muerte rapida a tiempo puede salvar más de dos vidas-le arranca el cigarro a Dush y lo apaga contra la pared mientras no aparta la vista de Mile, el rubio miedica, el que nos dejaría botados a todos si eso salvara su poposo culo. Sin embargo, era tan importante tener la ayuda que fuera necesaria, que lo único que podíamos hacer era soportar sus gilipoyeces. Y así era, y así sería durante un largo tiempo. Y aunque Sadners solo tuviera buenas intensiones todos empezabamos a sospechar de que fuera un acesino, y que la muerte de Jonhny no había sido uno sobredosis de pitufos en las venas.