Hay veces en
la vida que las cosas bonitas no solucionan el problema ni te hacen sentir
mejor. Están esas veces que quizás desearías no saber nada, o simplemente
olvidar la existencia en general. Pero por mucho que te esfuerces en intentarlo
tu cabeza da mil vueltas y te niega esa estúpida salida que se te torna como el
mismísimo paraíso.
No existen
las cosas fáciles, no existen las cosas difíciles y desde luego no existen
cosas con valor o cosas que te suenan indiferentes.
Existen
cosas a las que tú les das la importancia y la prioridad que tú crees que
necesitan.
Nada es lo
suficientemente molesto o lo suficientemente agradable, son cosas que se
aprenden con el tiempo, o cosas que te niegas toda la vida.
Y ES QUE LA
VIDA NO TE DA NADA QUE NO PUEDAS SOPORTAR.
¿Es un lado
algo optimista de ver las cosas? No, no es ni optimista ni lo contrario, es una
realidad que a todos se nos olvida de vez en cuando, y que no está de más
escucharla en momentos inoportunamente desagradables.
Todo o nada
puede cambiar, la cuestión es que las cosas que suceden no suceden por una
razón aunque te guste pensarlo, suceden de manera aleatoria, no existe la suerte
o la mala suerte. Pero sí que te puedo asegurar algo, y es que las cosas que te
suceden forman parte de quien tú eres, y si no puedes cambiarlas u olvidarlas,
está bien, porque nunca olvidarás quien eres.
Y si te
encuentras a ti mismo… ya no necesitas nada más.
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