lunes, 17 de diciembre de 2012

Las mentiras susurran "No me olvides"

Jamás creí que pudiera odiar una mentira con tanto ahínco, jamás creí que una persona pudiera mentir hasta tal punto de pudrir el corazón de otra, jamás creí que yo sería esa otra. Mira me, soy lo que soy porque no supieron hacerlo mejor.
Quizás el mundo se este riendo de mi,  pero no vas a conseguir que me desglorifique más de lo que merezco.
¿Soy demasiada mujer para ti, o es que tú eres poco hombre para merecerme?
Y una y otra vez vuelven a mentir ¿sabes cómo me siento? Como un pañuelo usado, y sabes qué te digo: Que los pañuelos usados ni sienten ni padecen.
Existe el hambre de la injusta justicia, que nos mata de dolor, nos abrasa como el sol y nos hecha agua hirviendo. Cuando asesinan tu identidad por las lágrimas de la pasión de tu refugio, maldices el pensamiento, las estrellas e incluso, el miedo. Roes y cortas lo que tu boca dice amar, porqué en tu envoltorio sabes que necesitas desgarrar la mismísima piel de tus carnes para hacer frente a las mentiras que otros labios cuentan; para hablar y llorar sentimientos en vida que quieres grabar en una postal con destino a No me olvides.

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