Quizás el mundo se este riendo de mi, pero no vas a conseguir que me desglorifique más de lo que merezco.
¿Soy demasiada mujer para ti, o es que tú eres poco hombre para merecerme?
Y una y otra vez vuelven a mentir ¿sabes cómo me siento? Como un pañuelo usado, y sabes qué te digo: Que los pañuelos usados ni sienten ni padecen.
Existe el hambre de la injusta justicia, que nos mata de dolor, nos abrasa como el sol y nos hecha agua hirviendo. Cuando asesinan tu identidad por las lágrimas de la pasión de tu refugio, maldices el pensamiento, las estrellas e incluso, el miedo. Roes y cortas lo que tu boca dice amar, porqué en tu envoltorio sabes que necesitas desgarrar la mismísima piel de tus carnes para hacer frente a las mentiras que otros labios cuentan; para hablar y llorar sentimientos en vida que quieres grabar en una postal con destino a
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