jueves, 24 de enero de 2013

Kat trae las llaves de vuelta

Kat camina y camina por la acera de los recuerdos, un bol de malos recuerdos le vuelve a seguir, ¿qué tiene que hacer esta vez?
Para ella estaba claro, o casi claro.
Borrachos en las puertas de los bares gritando: "Valla culo, monada", "Ven que voy a darte un poco de espada láser"... Cochinadas de esas. Los coches pasan de largo, alguna que otra moto ruge en la noche. Parejas en farolas y jonkis drogandose en los vertederos de la ciudad.
Llega a ese sucio cuchitril, sube las escaleras hasta el quinto piso y encuentra a Zack dormido con la espalda pegada a su puerta llena de años, con su guitarra pegada a sus brazos. Daba pena mirarlo.
Kat se sienta a su lado y apoya su cabeza en su hombro, parece que la noche no estaba para fiestas.
Zack despierta con el simple contacto de Kat.
-¿Y eso?-dice con voz ronca.
-¿Qué?
-Si no me lo quieres contar no hace falta que hagas el paripe, que nos conocemos-sonríe.
-¿No estas enfadado?
-¿Esto es una sonrisa no?
Ella asiente.
-Uf, creí que se me había olvidado como eran las sonrisas. ¿Tú crees que esto es una cara de enfadado?
-No, pero por eso pregunto, igual es por simpatía.
-O porque estoy lo suficiente borracho como para que me importe.
-Imbécil.
-¿No era eso lo que te gustaba de mi?
-De ti no me gusta nada.
-Uy, que melodramática. Por lo menos la casa.
-¿A esto lo llamas casa? Es una habitación de cuchitril.
-Si, pero es monísima.
-Estas borracho.
-Te lo dije.
-Mejor entramos, ¿si?
-Claro.
Kat se levanta, Zack medio lo intenta pero al final acaba arrastrandose para entrar. Sube a la cama con dificultad después de dejar la guitarra cerca del sillón. Tal cual, sin quitarse la ropa. Kat se sube encima de Zack y comienza a quitarle la ropa.
-¿Vas a abusar de un pobre desgraciado? Eso esta penado con cárcel.
-¿Qué dices? Solo voy a quitarte la ropa.
-Pues por eso lo digo.
-Bua, se me revuelven las tripas solo de pensar en eso.
-La otra noche no parecía importarte.
-Es que no había nada mejor por ahí.
-Porque nadie te parece mejor que yo.
-Bueno creo que el camarero no esta mal, pero a ti te tengo más a mano.
Kat termina de quitarle la ropa y los zapatos; se quita el traje y se pone una camisa de Zack como pijama, se acuesta en esa mini-cama junto a Zack.
-Buenas noches, rubia.
-Buenas noches, majadero.
Esa noche, Kat fue la única que no tubo dulces sueños, y aquí su mundo empezaría a desmoronarse de nuevo.

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