domingo, 13 de enero de 2013

Presos en la soledad de las palabras

No tienes nada que hacer con tu vida, y lo sabes. Tus preciadas palabras no te salvaran esta vez, Sara.
Hace tres o cuatro años, lo  hubiese dado todo por ti, pero ya me demostraste que un monstruo sigue siendo un monstruo por mucho que quiera cambiar.
Deja de perseguir el perdón que ya no te queda. Ahora corre, huye, porque esta va ha ser la última vez que te diga que quiero tu cabeza y la de tu calaya en mi pared.

Después de tanta historia caí en un anacronismo mental, valgame Dios, Sara, cuanto creí en ello, pero a veces las cosas que crees no son las correctas, ¿sabes?
He aprendido que no siempre se tiene razón, Sara, pero tú... Oh, tú, crees siempre tenerla, no sabes cuan equivocada estas.
Hablando alto, claro y despacio ¿quién eres? ¿qué eres?
Yo me defiendo de todo lo putrefacto que viene a pisar mis tierras, estoy hecho así ¿qué se le va ha hacer?
Literalmete, mato por esta, por mi única opción de búsqueda a la libertad. Te lo dije una vez y no lo diré más.
Fallaste, buena suerte con tu ego, pero no vuelvas a poner un pie en este laberinto de hojas, corazón de acanto, porque la próxima vez no saldrás con vida de él.
Sé que lo prohibido te causa morbo, pero espero que esta vez puedas controlarlo.

-Slider ¿qué haces ahí?
-Nada...-miro las olas desenfrenadas destruirse mutuamente; ¿sabes?  A veces me siento  así.
-Amigo mío, eso quiere decir que tienes un gran problema, cuentame tus penas... Quizás te haga sentir mejor.-se sienta a mi lado con una mano posada en mi hombro.
Leaves siempre ha sido un gran amigo, pero hay cosas que ni los mejores amigos deberían saber.
-¿Nunca has pensado en marcharte de aquí, de saber como es fuera de toda esta basura... Cómo se siente?-digo cabizbajo.
-No, ¿sabes por qué?
-Ya, si, lo sé.
-Pues eso mismo deberías hacer tú, olvidate de todas esas chorradas y a trabajar.-me da una palmadita en el hombro y se levanta con una sonrisa de oreja a oreja.-Aún así, cuando quieras contarme que es lo que te pasa realmente estaré aquí, allí... Ya sabes, en todos lados-sonríe-así que no me digas que no estoy a mano.
Sonrío.
-¿Eso es una sonrisa? Parece que te este apuntando el ojo con la rama seca de un árbol-cruza los brazos. Me tiende una mano.
-Que se le va a hacer si mi cara es así-digo levantandome con su ayuda.
-Sonríe un poco, pero de verdad o Briny te coserá una sonrisa salada. Creo que le gustas-me dice al oído.
-Te he oído charlatán.-aparece Briny con su larga melena azul, ese azul que camufla en cualquier ola, en cualquier profundidad.
-Si es que aparte de salada tienes un oído muy fino-dice Leaves con una sonrisa austera.
-Arg,dejalo. A lo que iba saben dónde narices esta mi hermano.
Ambos negamos con la cabeza.
-Maldita sea-gruñe.
-¿Qué ha hecho esta vez?-pregunto.
-Será que no ha hecho. He tenido que arreglar su parte, y Dios santo, ¿sabes cuánto trabajo es en esta temporada de salmón? Odio a esos peces los odio.
-De Fresh podría esperarme cualquier cosa Briny, pero esto no-digo intentando calmarla.
-Lo sé, lo sé, pero no quiero pensar que le ha pasado algo.
-Siento ser aguafiestas chicos, pero no creo que Fresh lo halla hecho a posta, deberíamos ir a ver que pasa.-dice Leaves.
-Vamos a mirar al lago-dice Briny-Si no esta ahí, empecemos a preocuparnos.

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