domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo1(De avión en avión)-La heladería

Y así empezaba el día, una sonrisa de satisfacción dibujada en mi rostro, la sonrisa cómplice de Bob y la cara de vergüenza de Ben. Un gran día, y prometía ir a más.
-¿Al final sigues queriendo quedarte en mi casa?-le pregunto al salir del aeropuerto.
-Me lo tendría que pensar.-dice con el odio marcando la frase.
-Así me gusta, bueno nos vemos-digo despidiendo me con un ademán de manos-nos vemos en el tanatorio.
-¿Tanatorio?-pregunta desconcertado.
-Si para cuando te mueras.-digo con una sonrisa mafiosa-Aquí desde que te despistes te roban hasta la identidad.
Me sigue.
-¿Sigue en pie eso de quedarme en tu casa?
-¿Asustado?
-Asqueado.
-¿Asqueado?
-Si, asqueado. Según la RAE: Impresión desagradable causada por algo que repugna. Tú eres un ejemplo de ello.
-¿Qué quieres que te diga? Marco tendencia.-me encojo de hombros.
-Bueno, creo que voy a aceptar tu invitación y me quedaré en tu casa.
-No era una invitación, para empezar eso es acoplamiento, y segundo no va ha ser gratis-sonrío con malicia.
-No quiero saber en lo que estas pensando.
-Vas a ser la chacha que siempre quise tener y nunca pude pagar.
-¿No será el mayordomo?
-Si no te pones trajecito no merece la pena tenerte como esclavo, yo también necesito reirme.
-Para eso llamas al bufón de tu amigo Bob.
-Vamos admite que fue una buena broma.-abro el coche-Pon tus maletas en el maletero.
Las pone de mala gana y se sienta en el asiento del copiloto, cierra la puerta.
-No, no lo ha sido.
-A ver un momento...-busco en la puerta del copiloto mi caja de cigarrillos-Bingo-saco uno y directamente rosan mis labios, tiro la caja a los asientos traseros y enciendo el cilindro lleno de la esencia de la mano huesuda con una cerilla. Ben me mira asombrado-¿Qué?
-¿Fumas? ¿Desde cuándo?
Suelto una risa anti-incredulidad.
-Desde que al cabrón de mi ex-novio me dio a probar. Lo único bueno que le veo es que no engorda como el chocolate-pongo la llave en el contacto y arranco-Rumbo a tu mejor pesadilla-sonrío con encanto.
-No se que te hace tanta gracia, ¿fumar? Jamás pensé que vería uno de esos en tu boca.
-Oye guapete de cara si no te gusta puerta, mira para otro lado o no me vuelvas a llamar, pero no me des el coñazo o te juro que yo misma te empujo del coche en marcha.
-Adelante me gustaría ver como lo haces.
-¿Te me vas a poner gallito? Tú espera te que te la estas ganando, vete sumando motivos y tendrás la venganza más dulce que hallas probado.
-¿Y quién fue el desafortunado?
-¿Te acuerdas de “El cadenas”?
-No, di me que he oído mal.
-Pues con el tío que siempre estaba con su hermano.
-Que susto.
-Oye que yo aquí me ligo a quien me de la gana.
-¿Javi, no?
-Pues sí, el maldito Javi de las narices.
-¿Y qué paso?
-Que el muy imbécil me pidió matrimonio, estábamos de rollo, no era algo muy serio, los dos lo sabíamos. Además, se drogaba, y yo paso de esas mierdas.
-¿Y fumar que es sino?-dice algo enfadado.
-Es una mierda menor, permitida y por la que no te persiguen el resto. Ah, y aún siendo un vicio, es más barato que la droga y más caro que el chocolate.
-¿Pagas por matarte?
-Bueno si lo miras de esa forma.
-¿Es qué hay otra forma de mirarlo?
-Si, el hecho de que me gusta el humo putrefacto que aspiro por mi boca llena de veneno.
-¿Y si después resulta que quieres tener hijos? ¿Qué haces con eso?
-Ben, solo tengo 25, no me estés hablando de un saco lleno de babas que lo único que sabe hacer es llorar. Demasiada responsabilidad, una tragedia griega de las de verdad.-digo con una sonrisa bromista.
-Si, tú riete ahora que puedes.
-¿Tanto te molesta que fume? Pues jodete, no lo voy a dejar. Es problema mío. Si tanto te fastidia me paro en la próxima parada y a la mierda todo. Deja ya el temita, o es qué te crees que no sé lo que hace el cigarro. ¿Me crees imbécil, retrasado?
-Esta bien. No quería ofender. Lo siento, es que me ha chocado mucho.
-Anda, anda; bueno te contarás algo, digo yo. ¿Qué tal de amores? ¿Alguna desafortunada?
-No, desafortunadas no, el desafortunado fui yo.
-¿Salio mal la cosa?
-Me engaño.
-¿Con otro?
-Bueno, la cosa es que la tía ya estaba embarazada cuando empezamos a salir y bueno unos meses después me dijo que iba a ser papá. Las cuentas no me cuadraban, además habíamos tomado precauciones, pero la creí. Cuando llego el momento del parto el niño era asiático. Ella perjuraba y perjuraba que yo era el padre, la deje. Más tarde descubrí ciertas cosas que, francamente, no sé ni como ese niño no le salio tricolor. Vete te tú a saber quien demonios era el padre.
-Tienes una puntería-digo burlando me-valla comedia la tuya.
-Y tú la reina del dráma.
-Me pidió matrimonio ¿qué querías que hiciera?
-Que me invitarás al banquete, coño, luego te divorcias si quieres, pero me invitas a una comilona gratis.
-Que te den, mamonazo.
-Las cosas como son. A mi no me gusta comerme una charla de tres pares de cojones, pero el hecho de tirarles el paquete de arroz a dos primos y comer gratis durante todo el día son motivos para los que uso traje y corbata.
-Definitivamente, no sé ni por qué narices te aguanto, la verdad.
-Porque en el fondo me quieres.
-En el fondo de un pozo olvidado en medio del Sahara.
-Que palabras de amor más bonitas,-dice sarcástico-empiezo a pensar que Javi te dejo por eso.
-Sigue soñando en tu mundo de setas alucinogenas. Bueno, ahora hablando serio ¿qué te trae por aquí?
-Ya te lo he dicho, voy a mudarme.
-A donde quiero llegar es a por qué.
-Algo complicado de explicar.
-¿Desde cuándo eres tan reservado?-pregunto de broma.
-Y qué más da-dice con una sonrisa melancólica.
-Sabes, el otro día encontré una heladería muy buena, Roccocolla. Hacen unos helados, pero lo mejor de todo, lo que más te gusta, hacen batidos con helados y... ahora viene lo bueno; Y ES UN BUFETE DE HELADOS.
-¿Estas de coña?
-Me ves con pinta de bromear, yo también lo vi imposible. Es decir una heladería no puede ser un bufete, pero lo es. Bueno aunque también tienen una parte que no es bufete, pero para eso esta la ventanilla. Nosotros vamos al bufete, es genial porque tiene de todo tipo de mesas es todo diferente no hay ni un solo mueble igual.
-¿Qué es eso la heladería del sombrerero loco?
-Eso sí los cafés y los chocolates calientes si que los cobran, aunque en invierno es al revés el bufete es de las cosas calientes y se cobran las frías y los polvorones.
La cara de Ben era un poema, no podía entender cuan maravillosa era aquella heladería. Pero ambos necesitábamos un batido de helado, cuando ponía esa cara de melancolía significaba algo ¿el qué? Vete a saber.

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