Cuentas las horas desde el reloj de tu
muñeca, los segundos pasan tan deprisa... Sin embargo el tiempo pasa
tan lento cuando quieres olvidar lo que no quieres recordar.
-Max, Max... ¿Sabes donde metí el
móvil? No lo encuentro.
-Tú sabrás donde lo dejaste.-digo con
indiferencia mientras hago zaping.
-Tío ayuda me; he quedado con Vane.
-Vete sin móvil.
-Que tengo que llamarla para que baje,
ademas tengo que decirle que voy a llegar tarde o me matará.
-Pues ya puedes empezar a aprender
teletransporte.
-Mira ver si esta en el sofá, haz me
ese favor aunque sea.
Levanto los cojines miro debajo del
sillón...
-Nop-vuelvo a sentarme ha hacer
zaping-¿Has mirado en la nevera?
-¿Cómo va a estar en la nevera?
Lo miro con el sarcasmo dibujado en el
rostro y una ceja enarcada.
-¿Tanto te sorprendería? La última
vez estaba en la papelera del baño.
Abre la nevera y empieza a remover lo
poco que tenemos buscando su teléfono.
-No, no esta.
-Pues ya lo he dado todo, no me pidas
más.-me recuesto en el sillón-Valla desastre que eres.
-Anda ayudame.
-Busca te la vida, yo estoy haciendo
zaping.-me levanto y me encojo de hombros, suelto el mando-tengo una
idea.
Cojo los pantalones que se puso ayer,
que están tendidos secándose al sol.
-¿Es este?-saco un móvil, hecho un
cristo.
-Ahí va...Mierda, se ha roto.
-¿Y qué esperabas?¿qué estuviera
más limpio?
-No te burles-dice en tono infantil.
-Si es que no pierdes la cabeza porque
la tienes pegada a los hombros.-le doy un golpecito en la cabeza con
mi dedo índice izquierdo y mi otra mano en el bolsillo de mi
pantalón de pijama.
-Au-se restriega la frente, me mira con
una sonrisilla ya conocida.
-No.
-Pero por qué no...-dice en tono
infantil-Presta me el móvil.
-Yo trabajo y tengo vida social.
-Bueno por un día...
-¿Y si me llaman los del trabajo?
-Pues te llamo a casa de la señora
Harried.
-¿Y si no esta?
-Siempre esta.
-¿Y si esta durmiendo?
-Que se despierte, robarle unos minutos
de sueño no hace daño a nadie.
-¿No te rindes, verdad?
-¿Qué quieres decir con eso?-dice con
una sonrisita.
-Toma-lo cojo de mi otro bolsillo del
pijama-Cuidado con él, sino me quedaré sin reproductor de
música.-le digo muy serio.
-Es decir, lo que más te preocupa es
que no puedas escuchar música.
-Sip-me siento de nuevo en el sofá-Ta'
luego.-digo con un ademán de mano.
-Pues...
-Oye ¿me puedes hacer un favor antes
de irte?
-¿Cuál?
-¿Me alcanzas el mando?
Puedo sentir su mirada de odio clavada
en mi nuca.
-Tío eres un bago, lo tienes en el
mueble al lado del televisor.
-Ya pero es que me acabo de sentar y no
alcanzo. Muy lejos.
-Así te va-dice tirandomelo al ragazo.
-Hasta luego Cenicienta-digo con
sarcasmo.
-Hasta luego Bella Durmiente-dice
cerrando la puerta de un portazo.
Que poco le gustaba a Travis La
Cenicienta, en palabras textuales: “Es una estúpida imbécil que
se hace la mártir sin mover un dedo para solucionar los problemas.
Tiene menos personalidad que una piedra. ¿Que demonios se fumaba esa
tía? Los ratones le hablaban y tenía un hada madrina que cumplían
sus deseos, pero qué narices. Los problemas que los solucione ella y
no unos monigotes producto de lo que se chuta”
En fin, ya se lo pueden imaginar cuando
salio Cenicienta2... Lissie-su hermana- lo invito a que la fueran a
ver juntos...Bueno más bien lo engaño, “se equivoco de nombre de
película”. Aún me estoy riendo del humor de perros en el que se
puso; y es que La Cenicienta es la película favorita de Liss.
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