domingo, 8 de abril de 2012

Prostituta por 60€ (segunda parte)

-De qué me esta hablando.
-Esta pequeña que usted ve en la foto esta muerta, no muy lejos de la calle en la que usted vive, llevo unos días investigando y al parecer los sesenta euros que guardaba en su pequeño bolso tenía... Como decirlo, su ADN. Es verdad que le es fiel a este condenado bar de folladores hipócritas, pero o bien la chica trabajaba aquí o no es tan fiel como aparenta. Si no hubiese mentido no sería el principal sospechoso.
-¿Qué va ha hacer? Sabe que es mentira, se esta inventando unas estúpidas pruebas para solucionar un puto asesinato que no puede resolver, y pretende que al primero que pilla en un bar de putas sea el que pague el pato.
-Espere, ¿cree qué soy un madero?
-Acaba de desconcertarme, ¿no lo es?
-No, simplemente soy alguien que busca venganza, y o me dice que paso el viernes por la noche y con quien estuvo o le juro que cualquier día en una de las esquinas por las que usted mete sus genitales encontrará un revolver apuntando le a la sien.
-Problema suyo si aprieta el gatillo o no, no tengo por qué  decirle que hice el viernes, pero de seguro que yo no he matado a nadie con estas viejas manos llenas de arrugas, a menos que yo recuerde.
-¿Qué quiere dinero?
-¿Tanto ansias saberlo? Hay veces que es mejor mantenerse sumergido en la ignorancia.
-Deseo saberlo, creame, si me mantuviera en la ignorancia me volvería loco he iría quemando todos los putos burdeles que me encontrara.
-Me caes bien, tienes madera, pero no es dinero de lo que preciso, de eso tengo hasta la saciedad.-el viejo verde lo mira de arriba a abajo.-y tú no estas mal. Tú vienes conmigo al hotel Harmony y a cambio yo, te digo lo que pasó el viernes por la noche.-se relame los labios.
Él muchacho de ojos verdes asiente"Claro, cómo no, y luego una orgía, pero usted esta loco", le hubiese gustado pronunciar, pero en vez de eso acepta una oferta de un viejo verde que o bien tiene demasiado amor propio o bien le importa una mierda lo demás.
-No sabía que le gustaba eso jovencito.-el viejo se ríe y el muchacho se levanta y con mirada fría se vuelve a poner su vieja cazadora de cuero falso marrón. El viejo le coge del brazo y se lo lleva del bar entre risas pervertidas, mientras el muchacho se limita a poner cara de asco ante la situación.

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