viernes, 27 de abril de 2012

El cuaderno de Danny

Cuando ya no quedan sueños que arrancar de tú pequeña cobertura espacial que sólo tú sabes escuchar ¿qué haces? Cuando arrastras tu vieja maleta por la acera que alguna vez te acogió entre la multitud pero que ahora ya no vale nada ¿qué haces? Cuando no te queda una lágrima que derramar porque ya has caído en lo más bajo del fracaso y la fragancia de la heroína ¿Qué haces? Cuando tus sueños son una pura pesadilla llena de elefantes rosas con trompetas y trombones ¿qué haces?
Quieres sentarte en la silla, pero no das a basto, caes una y otra vez en un suelo empapado de las lágrimas critalinas que tú ya no podrás derramar. Lo más bajo es llegar muy lejos para tus pequeños pasos de cebra. ¿En que pensabas cuando decidiste meterte en el mundo de Carolina, la reina de las medicinas que no se venden en farmacia legal? El vinagre para las heridas escuece, y el azúcar no es tan dulce cuando te lo dan con pimienta. O es que acaso te hizo falta aspirar el veneno con espinas de aquella jeringa. Unos buenos tacones de punta elegante te hicieron replantearte que llevarte a la cama una buena taza llena de té verde era una buena forma de arreglar las cosas. Acaso no sabías que El diablo viste de Prada, lo tienes en las golosinas de colores que guardas bajo la almohada de tu vieja chabola robada.
¿Por qué no vuelves a con tu viejo cuaderno de historias? Vuelve a escribir lo que otros no ven en las nuebes que se valancean en círculos al rededor de nuestras cabezas, vuelve a escribir lo que ves cuando la luna sonríe en medio de la espuma de tu café de media noche, vuelve a escribir lo que otros no pueden rosar con sus dedos en los sueños que tú eres capaz de coger con la trasnoche que te sigue allá donde vallas. Vuelve a escribir la verdadera historia de un Romeo y una Julieta que en verdad se utilizaban para sentirse libres, a escribir un Hamlet malvado que en realidad no perdío a Ofelia, todo fue una estratagema para matar a Goliat y quitarle la corona a David, vuelve a escribir otra aventura de Marina y Óscar en un mustang rojo de color cereza al borde de la Atlántidas apuntando con un revolver al Pepito Grillo que quiere arruinarles el verano que siguen teniendo desde hace tres años, diez días, nueve noches, ocho horas y mil minutos. Vuelve para que escribas como un escritorzuelo de pacotilla no llego ni a superar el fondo del vaso porque se quedo a los pies del diablo que repartía golosinas a cambio de historias inacabadas.

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