lunes, 23 de abril de 2012

Una falsa democrasia

Un botón, un dedo dispuesto a pulsarlo.
-Seth-hace una pausa para coger aire-No lo hagas.
-Una mirada gatuna y sórdida lo mira,sonríe con malicia y pregunta:
-¿Por qué?
-No lo sé-el chico de color con voz casi inaudible y evitando todo contacto con la vista del gato risón-pero podrías pararte a pensarlo un momento¿no?
El muchacho felino de mirada dorada ríe de forma descontrolada y alocada.
-Sólo es mi opinión-dice con temor.
-Sinra ¿Crees qué ellos se lo pensaron antes de apretar múltiples veces-dice recalcando estas dos últimas palabras-el gatillo? NO-da una rotunda negativa-No-vuelve a negar con la cabeza y su dedo índice izquierdo-Ni si quiera se lo replantearon, es más, los dejaron tirados como mierdas inservibles en un puto callejón y se sentaron a verlos morir como ratas. Entonces por qué he de pensarme lo.
Sinra no saber que decir.
-Te diré una cosa amigo mío, yo lo pensé en su momento y escogí esto que tienes ante tus ojos; no volveré a pensarme lo nunca más porque ellos no se lo pensarán dos veces antes de arrancarme la vida. Esto es lo que se han buscado ellos con sus propios medios, y yo, como buen ciudadano que soy, estoy dispuesto a dárselo.
-Sólo quizás por eso no deberías hacerlo. El antiguo Seth no lo hubiese hecho.-dice escondiendo sus manos en los bolsillos y encogiendo se de hombros con la mirada agacha.
Seth se hecha a reír.
-¿Estas dispuesto a volar todo esto con nosotros dos dentro?-pregunta Sinra.
-No me hagas reír, de verdad crees que volaré este edificio en una reunión, quién te ha dicho semejante estupidez. Este no será el único botón que apreté esta semana.
-¿Qué es entonces?
-Si quieres saberlo espera te a las noticias.
-Sea como sea habrá gente inocente.
-Nadie esta absorto de pecado.
-Pero Seth...
El muchacho mira el reloj, y aprieta el botón. A lo lejos se oyen varias explociones, en pocos segundos los coches de policía y los camiones de bomberos salen al rescate junto a sus sirenas vociferantes. Las personas reunidas en el edificio salen corriendo a observar que es lo que ha sucedido, y con temor a que ellos fueran el próximo objetivo. Sinra corre a asomarse a la ventana donde divisa diversos incendios provocados por las explosiones.
-Algo más que objetar Pepito Grillo.-le dijo Seth con toda la normalidad con la que se pide un helado en una heladería.
-!¿Qué has hecho?¡
-He volado por los aires parte de esta ciudad llena de hipócritas capitalistas.-Seth se acerca a Sinra y la susurra-Toma ya no la voy a necesitar-y le pone entre las manos un viejo revolver cargado.-Usa la, que para algo te la he dado cargada-dice marchándose, su voz sonaba apagada pero su cara retrataba una expresión alegre y elegante tocada y hundida por el colapso de la locura.
Sinra mira el revolver, Seth asiente, y se marcha a tirar su última jugada.

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