lunes, 4 de junio de 2012

El insomnio y la persistencia

Te sientes sola, tú y tu habitación llena de humo. El cuchitril más cutre que podías permitirte, siendo el más pordiosero dentro de los pordioseros, Ey no olvides su encanto muñeca, no olvides su encanto-Te repetías con una sonrisa en los labios. Miras por la ventana empañada por el vaho de la fría noche de tormenta y te ríes, porque sabes que Dexter llegará mojado esta luna a su apartamento porque te has negado ha llevarle un paraguas al camarero que trabaja 48horas al día. Mejor eso que 48 por vida-le decías siempre. Escribes su nombre en la ventana, tienes ensoñaciones con su nombre, pero te niegas a creer que eso sea algo con importancia, te limitas a pensar que es un trastorno psicótico de tu estúpida cabeza llena de aire. Apagas el cigarrillo en el marco de la ventana, miras a tú alrededor que no es mucho, pero te conformas repitiéndote Ey no olvides su encanto muñeca, no olvides su encanto. Miras el lienzo que sigue blanco desde esta mañana, te repatea. Me gasto el dinero en lienzos que no se dibujar. Miras con resignación los pinceles, coges las mezclas y te dedicas a pintar las cuatro paredes de la casa con una orgía de colores, montados unos sobre otros con trazos de paisajes nocturnos sobre ellos, te envuelves las manos de pintura y dejas tus manos cuadriculadas por las paredes, como si fuerán estrellas. Cambias las sabanas por unas todavía más oscuras, que hiciste con un par de colorantes y mucho tiempo libre. Miras tú casa pintada de arriba a abajo, estás satisfecha, coges tú cámara y sacas la foto en la que sólo resaltaba un lienzo en blanco que te sacaba de quicio. Hay que dominar el lienzo antes de empezarlo y matarlo antes de terminarlo.
Te ha llevado horas dejar hecho un Picaso las paredes, con dibujos oscuros  que nada tenían que ver entre sí, pero la foto la pegas en el lienzo y te dices: Ya puedo dormir tranquila.
Sientes las pisadas a las tantas de la mañana, sonríes porque sabes que se ha vuelto a quedar sin moto y a tenido que venir caminando. Sales al rellano a esperarlo, para reírte un poco de su vuelta al estrepitoso episodio del fracaso que se repetía de vez en cuando.
-Alguien llega tarde hoy.
-Alguien parece haber tenido una guerra con la pintura.-dice en tono de venganza.
-Tranquilo eso esta fini-quitado.
-Oh, que amable Pulgarcita me ha estado esperando.-dice con regodeo y picardía.
-No te lo tengas tan creído Gastón, no podía dormir.-miras de reojo el lienzo con rabia.
-Me rindo; me voy a ducharme que tengo frío.
-Oye...
-¿Quieres ducharte conmigo?
-Adiós Dex.-cierras la puerta. 

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