-Como quieras- se escogió de hombros.- Escarlata.
-¿Giorgio?-”Imposible Giorgio era mas viejo, considerablemente, mucho más, además nunca se vestiría así, no tenía estilo, decía que él era transparente como el aire y que le gustaba camuflarse entre la gente, escondiendo su modo de ser. Decía que era una estupidez ponerle nombre a las maneras, pero que la gente lo hacía así que él se negaba a formar parte de ese juego, y la única manera de conseguirlo era camuflandose entre el resto”.
-Así me llaman, pero no creo que sea él que buscas.
-Tienes razón, él no es tan imbécil.
Segui andando, “Seré idiota. Idiota,idiota, idiota”. La pregunta era: ¿Por qué ese nombre, de nuevo? Sólo él me llamaba así.
-¿Vas a seguir pasando de mi?
-Si sigues incordiando eso va ha ser un poco difícil ¿no crees?
-Yo soy el hijo de Giorgio, Giorgio Amany. Mira que me lo dijo, me dijo que no iba a ser fácil hablar contigo.
-¿Dónde esta?-paro en seco.
-Pudriéndose en lo más profundo del suelo, siendo devorado por los gusanos.
-¿Cómo?-creí haber oído mal, un error, en fin era el hijo de un buen hombre, el hijo de un hombre como él no podía hablar de esa manera.
-Criando malvas en el cementerio de Riddentton.
Le doy un manotazo en su cara llena de sarcasmo y recelos.
-Ni si quiera te he preguntado si quieres salir conmigo y ya me rechazas.
-Ninguna persona que se precie hablaría así de Giorgio.
-No lo conocías.
-Lo conocía muy bien.
-Sabes, cuando vi tú foto le pregunte, por primera vez en su vida dijo una verdad sólida. Estuve buscando una escusa para hablarte y cuando la encuentro... Boom. Tocado y hundido en mi propio barco. Ya sé porque te tenía tanto aprecio, no eres de las que se dejan vencer. En fin ya nos veremos .-su mirada estaba llena de ira, su expresión parecía reclamar arrepentimiento, pero por otra parte la melancolía quedaba reflejada en el rostro. Se da la vuelta y se pierde entre la multitud.
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