lunes, 13 de agosto de 2012

¿Gracias? No, gracias

Y si te mentía fue porque llame a la policía, no puedes enfadarte sólo porque halla dicho una mentira como un templo. Esto es la vida real, aquí los buenos nunca ganan. Los malos siguen siendo esos hijos de puta que el resto de gente sin escrúpulos aguantamos por piedad. Cuando ves miles de lápidas que tienen tu nombre predestinado te ves obligado a hacer cosas tachadas de inmorales. Pero todo es justo he injusto a la vez, y si no lo crees así me da igual. Mándame una postal cuando salgas de esa puñetera jaula igual para entonces puedas ver que la realidad no es un cuento lleno de princesitas en apuros con las faldas abiertas a un héroe en plan jugador estrella del equipo de las escuelas americanas que salen en esas pelis tan malas de la cinco.

                                                                                                       Mikie Elleonor Grill
PD: Se que odias esta canción a muerte, yo la adoro, y me resultaba una forma graciosa e irónica de gastarte una pequeña bromilla, no te lo tomes a mal.

Pasaron días, y aún así seguía leyendo ese papel sin creerme una sola palabra. Intentaba demostrar mi inocencia pero mi abogado era un inepto que creía que con sus estúpidos chistes de mala muerte me sacarían del apuro, eso me aseguró unos cuantos años más en la cárcel por un crimen que no había cometido. Mikie tenía razón, pero por aquel entonces necesitaba creer lo contrario. Mientras, escucho octopu´s garden en mi celda por cortesía de Mikie, quien solo ha dejado esa estúpida canción que ha empezado a plantar las semillas de ese estúpido ritmo en mi cerebro, clavando sus raíces a través de los  auriculares. Sabe que los odio, y ahora más que nunca. Me la se de pe a pa, y mientras Lennon canta algo sobre estar a salvo en el jardín submarino de un pulpo con sus amigos, pienso cuan peta tubo que fumarse, y que yo estaría encantado de cambiarle mis barrotes por su libertad. Poco después le pegaron 7 tiros en el pecho así que no sé yo si hubiese sido un buen trato. Pero sinceramente cuando saliera de allí podría estregárselo a Nikie  en sus propias narices.
Por desgracia después de, curiosamente, siete años en la cárcel uno cambia. Después de las constantes palizas con sus visitas a la enfermería, una canción horrorosa, el trabajo duro al sol, las comidas pre-cocinadas y a veces caducadas de la cafetería, el cuarto oscuro, la sala de castigos... Todo eso te marca.
Y ahí estaba fuera de aquel suplicio contaminado de veneno, buscando a Mikie por todas partes pero ni rastro, solo escuetas pistas.


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