sábado, 7 de julio de 2012

Capítulo 3

Necesitaba una mano, algo donde agarrarme y saber que no me caería al vacío. La tenía, sí, pero no quería llenarla de la misma mierda que pisaban mis talones; y sin embargo se empeñaba en seguirme fuera cual fuera el destino.
-Paul, todavía estas a tiempo de echarte atrás.
-¿Tanto me odias?-dice risueño, quitándole importancia a mi advertencia.
-¿Tanto me quieres?
-Digamos que de momento estoy mejor contigo-sonríe.
-A veces tengo la impresión de que sólo me utilizas.-digo con sutileza.
-Y yo que pensé que ya había quedado claro-dice con ironía.
-Serás... Esta noche duermes en el sofá.
-Esta noche dormiremos en el avión, juntitos.-dice con picardía mientras restrega su hombro junto al mío.
-Quita pervertido, no tengo ganas de aguantar tus bromas.-lo empujo.
-Joder, nada de lo que te digo puede hacer que me saques una bonita sonrisa-dice en tono infantil.
Le doy un beso en los labios y lo abrazo.
-Te quiero lo suficiente como para saber que debes quedarte en tierra.
-¿Jared?-dice perplejo.
-No soy quien tú crees que soy, no soy quien nadie cree que soy. Soy un farsante.-sollozo en su pecho.
-Jared, Jared, escúchame, eso lo sé desde el día en que te conocí... Soy la única persona que sabe quien eres; porque tú parece ser que lo has olvidado pero... se puede saber qué has hecho.-dice algo asustado.
-He cambiado tú billete de avión con destino a España. Ya no hay vuelta atrás, este es nuestro último día juntos.
-!¿Qué?¡De todas las gilipoyeces que podías a ver hecho esta es la peor-me zarandea- Eres imbécil. ¿Acaso me has preguntado qué es lo que yo quería?
-Paul... Lo siento mucho, pero es lo mejor. No lo haría sino fuera así.-lo vuelvo a abrazar.
-Ahora vas a descambiar tu vuelo y el mio por uno más tarde, porque te juro que perderás tu billete como no lo hagas.¿Me oyes?-dice abrazándome fuertemente.
-El vuelo 2-2-1 con destino a Alaska esta apunto de embarcar, por favor todos los pasajeros...-dice la voz de la azafata.
-Paul, tengo que irme. Cree me cuando te digo que lo siento. No hagas ninguna estupidez.-sonrío con calidez.
-No es justo, no puedes hacerme esto.-dice sin soltarme.
-Te quiero, por eso me voy.-digo mientras me desenrredo de sus brazos. Le doy un beso en la frente al levantarme de aquella butaca esquelética, y mientras me marcho con mi mochila de mano me despido con un leve gesto. Al menos tuve el valor de decírselo a la cara, si bien porque no me quedaba mas remedio o porque realmente tuve coraje.

No hay comentarios: