Aquel día la luna estaba maravillosamente muerta en las entrañas de las sombras del paraíso nocturno. Eriss y yo contemplábamos el juego de luces que agujereaban la noche. Fue la última vez que compartimos las burlas de las luces danzantes.
-Mañana nos pondremos nuestros mejores ropajes-dijo Eriss observando embelesada la noche a través de las rejas.
-¿Me ayudarás con la corbata?-dije con una sonrisa rota.
-Si me hundes en tus labios de queroseno por primera y última vez; y me prometes fidelidad hasta que la muerte nos separe-sonríe con glamur y elegancia.
[...]
Los barrotes se abrieron, por un instante fuimos luces danzantes. Nuestros ojos se cruzaron; yo cumplí mi promesa, ella tiró una gota de rocío al viento enamorado de sus rizos cobrizos, y yo, yo cumplí mi promesa.
-¿Unas últimas palabras?-dijo el verdugo.
-Estrellas-conteste.
1 comentario:
Este es el texto que presente al concurso de pompas de papel, ni si quiera he estado en los 43 finalistas, como conclución no he ganado. Pero no me rendiré siempre quedarán palabras que juntar para que el mundo se de cuenta de que existo.^^ A cada paso que doy me hago docil con la pluma y estoy segura de que algún día seré reconocida ya sea para mal o para bien, pero por lo menos no sere polvo.
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