Te sientes tan cansada, pero tan
liberada. El amor no es el nerviosismo del momento, no es el
revoloteo de mariposas que te da arcadas, no. El amor es esa
sensación de placidez, de saber que ese es tu sitio, tu momento
idóneo. El placer de saber que has encontrado tu lugar. Pero cuando
encajas y te niegas a encajar, te estas negando a ti misma, hasta tal
punto de perderlo todo por nada. Y... ¿Quién quiere perder lo que
más quiere sin ni si quiera haber luchado por algo que creía
correcto?
Queda cursi, lo sé, queda repipi y
hasta egoísta, y si me dejas hasta cruel. Pero la realidad es tan
dura como paradisiaca. Siempre hay un polo negativo y otro positivo,
choques entre lo amargo y lo dulce, hace que este mundo no sea
perfecto y solo por ello es tan perfecto que nadie puede vislumbrar
el paraíso ¿por qué? Porque no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario