Cuando un alma muere entre terrible
sufrimiento deja atrás un cuerpo lleno de estigmas que quiso
arrancarse en vida...Mientras tanto oye los agonizar. Puede que tus
oídos hagan la lista gorda, que tus ojos nieguen haber visto
algo...Pero no dejara de ser cierto por mucho que lo niegues. A pesar
de saberlo cierras los ojos con fuerza y olvidas las grandes
tragedias humanas... Olvidas que lo peor puede esperarte en cada
paso, en cada rincón, en cada bocanada de aire... Y es que, cariño,
la muerte enamorada no espera a nadie.
Sientes el viento susurrar te, sientes
la suave caricia de las gotas saladas en tu blanca piel, sientes la
calidez de la arena moverse bajo tus pies... ¿En qué piensas?
Con las manos en los bolsillos miras el
horizonte mientras dejas que tu cigarrillo se consuma sobre tus
labios... ¿Qué esperas?
El suave aleteo de las olas frías del
mar se acercan. ¿Quién puede ayudarte? ¿Quién necesita más
mentiras?
Solo una más para pudrir tu alma en
los infiernos de espinos que envuelven tu lengua de arpía.
¿Y aún te preguntas qué has hecho?
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