miércoles, 14 de noviembre de 2012

La lucha (Zona muerta- parte suelta)

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Caminar por la arena del paraíso es casi tan difícil como pisar las espinas del infierno, nadie es tan bueno como para ser un héroe, ni nadie es tan malo como para merecer el sufrimiento eterno.
Y cuando esperas una compensación que no te deja dormir, te mueres en sueños que jamás serán reales. Lágrimas innecesarias corren por tus mejillas porque jamás tuviste valor para cumplir los sueños que el resto y tú mismo te negabas; ahora lo has perdido todo y ¿qué has ganado a cambio? Nada que merezca la pena recordar.
¿De que te sirve decir lo que nadie va a oír?


[…]


-Se acabo, me retiro.
-Cobarde.
-¿Cobarde? Eramos más de 400 y ahora somos unos 16, venga Ian, vamos a ser realistas ¿crees que tenemos alguna posibilidad?
-No, yo no he dicho que la tengamos.
-Pues no hay nada más que hablar-Charlie se da la vuelta.
-Me parece un poco hipócrita de tu parte que defiendas algo por lo que has jurado dar tu vida y ahora te eches atrás, ¿cuántos han muerto? Tú hermana esta entre esos, y vienes a decirme que te largas. ¿Cómo narices esperas que me lo tome?
-Se acabo, esta no es mi guerra, no quiero formar parte de una lucha que no va a llegar a ningún lado.
-Quizás no lo entiendas pero esto, nuestro sacrificio quizás sea el derecho del resto en algún futuro que espero que sea cercano.
-Pues sigue tu camino, yo lo abandono.
-Charlie...-se da la vuelta- ¿Crees que no te siguen? Nos tienen controlados, y si saben quién eres o tienen la más mínima prueba irán a por ti, ¿lo sabes no?
-Pero no moriré con una imagen deplorable.
-Depende de quien lo recuerde.
-Ian, no voy a cambiar de opinión, esta vez no. He perdido lo suficiente como para darme cuenta de que esta es la línea que marca mi límite.
-Haz lo que quieras, pero no dejarás de ser un cobarde.
-Tenemos diferentes puntos de vista, esa palabra no significa lo mismo para ambos.-dice con la tristeza marcada en su media sonrisa.
-Lo dices para morir con la conciencia tranquila.
-¿Tú no? No sigas por esa línea, intenta olvidarlo y busca otra vida que pueda satisfacer tus deseos.
-Sabes de sobra lo que pienso. No me voy ha echar atrás.

Y así quedo la cosa, un día soleado como aquel se convirtió en el más triste y decadente para aquellos dos jóvenes que alguna vez predicaban lo mismo con la misma baza.

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