Tienes la experiencia y por tanto la
edad suficiente para saber que todo acaba cuando más te acercas.
Quizás te engañan, quizás quieren colgarte en el rincón de los
trofeos. Otro para la colección. Quizás solo quieren que te dejes
querer. Todo sigue siendo un quizás, y hasta que sus dedos no toquen
la herida o hasta que te levanten de la mierda en la que te hundes
por voluntad... Las intenciones quedan atrás.
“Demuestra que mereces la pena y
quizás pueda dejarme querer, demuestra que no mientes y seré
tuya”-Unas palabras muy bonitas para una boca tan sucia.
Te agarras con uñas y dientes a lo
poco que te queda y no te queda nada, sientes la nada recorrer por tu
todo. Sientes a la nada aferrarse a las cuerdas musicales que
aporrean tus dedos como si eso te fuera a salvar. Gritas suplicas que
no te llevan a ningún lugar, gritas lo que otros no quieren escuchar
y esperas por los que te quieren arrancar el corazón.
Pero ese hueco vacío, hace tiempo que
se evaporó, ahora ni si quiera queda el blanco hueco de tu pecho.
Quizás vengan a buscar tu alma pero ¿tienes alma? ¿Tienes algo que
el resto da por descontado? No, esa se fue cuando empezaste a darte
cuenta de que la vida real es el infiero del mismísimo paraíso.
Mientras alguien te dice: Deja me ser tu
amigo esta vez.
Tú contestas: ¿Por qué?¿Crees que
merece la pena hacer amistades que te devoran?
No das nada por sentado, pero tampoco
le restas importancia a lo que tus manos estrujan como naranjas.
Es curioso, cuando más piensas que por
fin, todo, absolutamente todo se arreglará, no lo hace. Cuando crees
que puedes olvidar lo que una vez te acuchillo las entrañas, lo
recuerdas cuando menos lo esperas, y sientes estallar tu cabeza. Cada
vez aporrea tu mente con más fuerza y te cuesta dejar atrás lo que
tanto odias. Tanto, que hace tiempo que eres inmune a los
sentimientos de otra escala. Golpeas las paredes con tu cabeza con
lágrimas que quisieras derramar pero, ni lo consigues olvidar, ni lo
consigues admitir.
¿Qué paso exactamente? ¿Por qué?
Te toco, es lo único que tienes que
saber. No hay vuelta a atrás; y ahora cargarlo a tu espalda de la
manera más cómoda posible, no vuelvas a ser tan inocente, no
vuelvas a cometer el mismo error.
Y todo acaba justo antes de empezar.
Soy lo que soy porque tú no supiste
hacerlo mejor.
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