viernes, 9 de noviembre de 2012

Todo acaba antes de empezar


Tienes la experiencia y por tanto la edad suficiente para saber que todo acaba cuando más te acercas. Quizás te engañan, quizás quieren colgarte en el rincón de los trofeos. Otro para la colección. Quizás solo quieren que te dejes querer. Todo sigue siendo un quizás, y hasta que sus dedos no toquen la herida o hasta que te levanten de la mierda en la que te hundes por voluntad... Las intenciones quedan atrás.
“Demuestra que mereces la pena y quizás pueda dejarme querer, demuestra que no mientes y seré tuya”-Unas palabras muy bonitas para una boca tan sucia.
Te agarras con uñas y dientes a lo poco que te queda y no te queda nada, sientes la nada recorrer por tu todo. Sientes a la nada aferrarse a las cuerdas musicales que aporrean tus dedos como si eso te fuera a salvar. Gritas suplicas que no te llevan a ningún lugar, gritas lo que otros no quieren escuchar y esperas por los que te quieren arrancar el corazón.
Pero ese hueco vacío, hace tiempo que se evaporó, ahora ni si quiera queda el blanco hueco de tu pecho. Quizás vengan a buscar tu alma pero ¿tienes alma? ¿Tienes algo que el resto da por descontado? No, esa se fue cuando empezaste a darte cuenta de que la vida real es el infiero del mismísimo paraíso.
Mientras alguien te dice: Deja me ser tu amigo esta vez.
Tú contestas: ¿Por qué?¿Crees que merece la pena hacer amistades que te devoran?
No das nada por sentado, pero tampoco le restas importancia a lo que tus manos estrujan como naranjas.
Es curioso, cuando más piensas que por fin, todo, absolutamente todo se arreglará, no lo hace. Cuando crees que puedes olvidar lo que una vez te acuchillo las entrañas, lo recuerdas cuando menos lo esperas, y sientes estallar tu cabeza. Cada vez aporrea tu mente con más fuerza y te cuesta dejar atrás lo que tanto odias. Tanto, que hace tiempo que eres inmune a los sentimientos de otra escala. Golpeas las paredes con tu cabeza con lágrimas que quisieras derramar pero, ni lo consigues olvidar, ni lo consigues admitir.
¿Qué paso exactamente? ¿Por qué?
Te toco, es lo único que tienes que saber. No hay vuelta a atrás; y ahora cargarlo a tu espalda de la manera más cómoda posible, no vuelvas a ser tan inocente, no vuelvas a cometer el mismo error.
Y todo acaba justo antes de empezar.
Soy lo que soy porque tú no supiste hacerlo mejor.

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