martes, 29 de mayo de 2012

El síndrome de Sherlock

-Miles ¿has vuelto a olvidarte tus pastillas?
-Eso no son pastillas son drogas-dice caminando de un lado a otro de la habitación, toqueteandolo todo.
-Estate quieto, y tómatelas de una vez.
-Ya no puedo hasta el mes que viene, las he tirado por el retrete. ¿Tu has visto esto? El director se lo monta con la secretaria, y diría que con la de la limpieza también, esta indeciso. Aunque no sabe si quedarse con su mujer, que es una celosa y autoritaria que no veas.
-MILES, deja de desvariar. Sientate de una vez.
-Eh, ¿qué decias?
-Sientate de...
-Mira, mira, seguro que ambas lo saben, tienen un pique tremendo, una lucha por el que cree que va ha ser el último amor de sus cuarenta años y la otra por los papeles. Buf... luego el director es un indeciso, quizás tenga más amantes aparte de estas dos.
-Miles ¿me estás escuchando?
-Si, si... ¿Qué te ha pasado hoy?
-Nada.
-Llegastes diez minutos más tarde de lo habitual. Pensaría que me estas evitando de no ser porque dejaste la vergüenza en tú cordón umbilical. ¿Problemas en casa? Tú padre alcohólico ha vuelto a casa. No me cae bien, es machista, maltratador y borracho.
-NO TE CONSIENTO QUE HABLES ASÍ DE MI PADRE.
-No tienes porque ocultarlo, te tiene como un juguetito. Además de usarte para echar un polvo de vez en cuando y eso...
PLAS, el golpe de su mano en su cara sonó fuerte y contundente. Sus lágrimas corrian mejilla abajo, aunque su rostro expresaba ira.
-Esa es la actitud que hace que pierdas hasta el último amigo que te queda.-masculla entre dientes-esa es la razón de que te tengas que tomar esas puñeteras pastillas.-Greer se da la vuelta y se marcha con rabia.
Miles suspira.
-Mierda tengo que saberlo... ¿Por qué defendería a su padre? Nadie defiende nunca a su maltratador a no ser que se halla apegado a él porque pasen demasiado tiempo juntos. Ella no lo hace. Mierda... ¿y si ese no es su padre?-camina cada vez más rápido de un lugar a otro.-Tengo que saberlo, tengo que saberlo-se muerde las uñas, y con una de sus manos va haciendo gestos incoherentes por la habitación.-No, no, no puede ser, siempre me lo ha presentado como su padre... Quizás la madre la obliga porque ama el sadomasoquismo, será. También la maltrata a ella, se le ve a la legua.  No, desde pequeños siempre ha sido el mismo. Tantas fotos desde su nacimiento son imposibles de falsificar o renovar. Es imposible que sea otro. Aún así cabe la posibilidad. Mierda la cabeza me va a estallar.-dice moviendo su melena de un lado a otro.

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