Groucho

Groucho...

Nadie supo que fue de él, sólo Max lo sabe, y yo lo sé. Jess quizás lo supiera, sólo quizás, pero ninguno volvió a nombrarlo, ninguno o eso creo, volvió a saber de su pelo rubio rizado con sus perfectos tirabuzones.

-Marina, qué te parece si vamos al cine esta tarde.

-Eh, qué decías...

-¿No me estabas prestando atención?

-Es qué me cogiste pensando.

-Jess, qué te parece si vamos al cine.

-Dos pi más uno-dice de golpe.

-¿Has escuchado algo de lo que hemos dicho?

-Algo de... que te aburrías.

-Desgracias humanas, uno que va durmiéndose por los rincones y otra que no para de olvidarse de que existe algo llamado mundo.

-Max no hay quien te entienda ¿eh?-le dice Jess.

-Algún día de estos, algún día de estos...-dice agarrándose el entrecejo- Bueno me voy.

-A dónde- pregunta Jess.

-A la calle de la piruleta en el mundo del algodón de azúcar.-dice dando tumbos.

-Poetas, no hay quien los entienda.-dice Marina mirando para Jess.

-Si ¿verdad?

 -Jess...

-Dispara.

-No te enfades pero... Has vuelto ha saber algo de Groucho, sabes lo que fue de él. Llevo tiempo dándole vueltas y hay... algo que no me cuadra.

-Marina... No quiero hablar de eso, sobre todo porque no sé casi nada del tema, y sinceramente no quiero saberlo.

-Era tu amigo, y el hermano de Max, o acaso eso no importa.

-Estoy cansado, no quiero discutir por una chorrada.

Marina se levanta y lo detiene.

-Esto no es una chorrada, es serio. Cómo crees que me siento cuando no sé que es lo que esta pasando. Me dejáis de lado.

-Me alegro de verás que sí-dice en tono irónico- deja de quejarte y crece de una vez.

-ESTOY HARTA DE USTEDES, ME TENÉIS HASTA EL SOMBRERO DE COPAS.

Lo sabía, él también lo sabía... y ninguno de los dos quería soltar prenda.