Piezas sueltas (parte suelta)

-¿¡QUÉ HACES!?-Le grita Donny.
-No lo sé, se me ha pasado por la cabeza y... no lo sé-se avergüenza, pero en el fondo sabe que no ha podido evitarlo. No ha podido evitar querer saber la respuesta a sus pensamientos.
-Te has vuelto loco.-Tartamudea.
-Eso mismo pensé, pero tenía que intentarlo. ¿Te has puesto rojo?-sonríe y se cruza de brazos.
-No me cambies de tema. Esto no puede ser, me niego...- esconde su mirada entre las cuatro paredes de la cocina. Parece una bombilla de color carmín, y cada sílaba que dice se atropella la una a la otra. Se le cae el vaso de agua que sostiene en su mano izquierda, sudorosa y llena de nervios.-¡Mierda! Mira lo que has hecho con tus estupideces.-señala el vaso e intenta recoger el estropicio.
Philip lo agarra del brazo, lo mira fijamente a los ojos, y la de Donny se pierde en sus pies.
-Sé que te ha gustado...
-No, te equivocas-su corazón comienza a latir más y más rápido, comienza a sofocarse, asfixiarse en su propia mentira, aunque verdad hasta hace un momento.-No dices más que tonterías, ¿que te has tomado esta mañana?
-Vamos Donny, nos conocemos.
-No, tú a mi no. Eres un idiota, merluzo, acaso no sabes que vivimos juntos, cómo crees qué voy a poder mirarte después de este numerito, como crees que me siento ahora que sé que mi único amigo en verdad sólo buscaba otra cosa...
Philip le planta un beso, Donny queda paralizado; Philip lo abraza y mete la lengua hasta el fondo haciendo un perfecto jaque mate en la boca de Donny. Lo suelta.
-Eres capaz de seguir negándolo AHORA.-recalca la última palabra y mira a sus baqueros y sonríe triunfante.
-Yo... Esto...No... Pero...Luego...Nada.
-Por una vez has sido tú el que se ha quedado sin palabras; y para su información alteza, no me replantee esta "estúpida idea", como la llamas tú, hasta hace bien poco, cuando Janet me dejo. Me hizo pensar que quizás pensará demasiado en ti, y parece ser que te ha gustado esta "estúpida idea descabellada"-dice con regodeo.
Donny se marcha al baño, con la cabeza agacha lleno de vergüenza y cierto toque de remordimientos. Philip lo sigue con la mirada, y camina fuera de la cocina para verlo entrar.
"Bañera, dulce bañera, un baño de espumas me vendrá bien para olvidar todo este macabro asunto"