miércoles, 16 de mayo de 2012

El tiempo al tiempo

DING-DONG
El timbre suena fuerte y contundente, después de la trasnoche que lleva le recuerda a una resaca probocada por una borrachera de las de beber ocho o diez botellas de wiskie. Se levanta con resignación, y le declara la guerra con la mirada a la puerta. Abre con paciente somnolencia.
-¿Si?
La mujer de ojos grises se hecha a llorar con las manos paradas ante sus pómulos desnudos que reclaman, exigen, quieren, el perdón.
-¿Señora se encuentra bien?-dice con mayor preocupación.-¿Necesita ayuda?
La mujer de ondulados cabellos cobrizos da una negativa y lo coge de las manos.
-Lo siento, lo siento mucho, no pretendía hacerlo, pero no me quedo más remedio, sé que fue egoísta de mi parte pero sólo tenía diecisiete años... yo...
-Creo que se equivoca de piso.-dice con una amplia sonrisa.
-Daly Maslow ¿no?
Él asiente con desconcierto, perdido aún en su sopor.
-Entonces no me he equivocado. Soy tú verdadera madre.
Él niega con la cabeza, se agarra el entrecejo e intenta reestructurar esa última frase, por si aún sigue dormido.
-¿Daly?-le vuelve a coger la mano.
-No señora, no-aparta su mano-No me gaste esas bromas, son de muy mal gusto ¿sabe?-dice en un tono algo cabreado.
-No es una broma-las lágrimas comienzan a bajar desesperadas por su pálida tez albina-te juro que no es una broma...Déjame una oportunidad, te lo explicaré todo... Por favor...-ella lo agarra del brazo con afligida angustia- Créeme-sus ojos tintinean y lo miran a modo de suplica.
-No le prometo nada-levanta un brazo acogedor que la invita ha entrar.
"Pero, no era fácil, no era tan fácil escuchar palabras que habían perdido la importancia tiempo atrás."

No hay comentarios: