Piensas que todo va bien hasta que oyes esas palabras, esas tres palabras:"No puedes entenderlo" seguidas de pinceladas más dolorosas: "Si realmente quieres ayudarme pudre te en un mausoleo" O sutilezas tales como: "Nunca te quise, estaba jugando al azar y me toco esto"
¿Crees qué son formas de decir adiós? ¿Crees que eso son formas de despedirte de alguien que estuvo ahí en los malos momentos? Cuándo destilabas el agua de un manantial envenenado que yo nunca me atreví a probar por la cuenta que me trae ¿quién estuvo ahí?
Todos jugamos al azar, pero somos unos pocos los que tenemos la dignidad de defender lo que realmente nos importa, para mi en estos momentos el orgullo, ahora se siente herido, dañado, apuñalado, asesinado en una explosión de humo y carretera de las grandes masas siendo señalado por el eco de las burlas urbanas. He escarmentado, he aprendido: "Nunca tiendas una mano a las máscaras infieles" porque una moneda tiene dos caras. Ahora la venganza pide a gritos, rezonga, masculla, protesta, gruñe y saca los dientes por morder el saco de las mentiras que guarda pinocho a su espalda, y clavarlas una a una en el jardín de gnomos de tú difunta madre.
Me llevaré conmigo la piel del limón que relamió mis labios, amarga, agria, parecida al queroseno. Asfixiante, como una bomba de gas. Dolorosa como una punzada en el ojo izquierdo.
¿No podías haber sido más sutil? Un simple adiós me hubiese bastado, nunca fui avariciosa, leí en algún lado que la avaricia rompe el saco.
Mientras filosofábamos sobre que era la felicidad para dos almas corroídas por el miedo y el trauma de que la muerte los persiguiera pisada por pisada; ¿todo era mentira? ¿No se puede ser feliz? ¿Por qué? ¿Por qué un idiota con ideas rotas lo dijo? ¿Por qué los que no jugamos bien nuestras cartas somos miseras fichas insultantes del juego?
Cerremos los ojos y pongamonos de espaldas, si el mundo se he vuelto tan miseramente "sutil" no quiero verlo.
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